Mesa para 2 en Reys Bar
Entre las luces tenues y el murmullo suave del Reys Bar, Daniela y Ricardo encontraron algo más que una mesa reservada para dos.
La sesión de fotos comenzó con nervios, pero pronto se convirtió en un baile íntimo de miradas y sonrisas compartidas. Mientras los guiaba en cada paso, la conexión entre ellos se hizo palpable, como si el tiempo se detuviera para permitirles redescubrirse en la belleza de lo cotidiano.
En Reys Bar, Daniela y Ricardo encontraron ese respiro, esa pausa que les permitió reconectar con lo esencial. Porque, al final, no es solo la estética del lugar o la perfección de una foto lo que perdura, sino la certeza de haber compartido un instante de verdad, un momento que se convierte en eterno.